Fuente: Ayuntamiento de Bourg-Madame

 

El nuevo espacio de arte contemporáneo de la Cerdaña francesa acogerá la obra de este pintor catalán.

 

La antigua oficina de turismo de la población de la Guingueta d'Ix (Bourg-Madame), en la Cerdaña francesa, se convertirá en la sede de las obras de Josep Puigmarti. El resultado será un centro de arte contemporáneo, con el nombre del mismo pintor, que acogerá un centenar de obras. Esta iniciativa quiere contribuir al desarrollo cultural de la región y aumentar, así, el potencial comercial con el incremento del número de visitantes.

 

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Complementando la exposición, un proyector de vídeo difundirá de forma continua todas las obras de la carrera del artista. El centro será un lugar único en la Cerdaña y constituirá, sin duda, una nueva forma de enriquecimiento cultural.

 

EL SURREALISMO

 

Con matices, es la columna vertebral que conecta toda la obra del pintor y escultor catalán Josep Puigmartí. El espacio de arte contemporáneo de la Cerdaña acogerá especialmente obras de Aliens Fashion, su última colección. Se trata de pinturas caracterizadas por figuras dibujadas con pocos trazados, independientemente de la medida de la obra. Son pinturas sugerentes en las cuales la composición del pintor se concreta en una gestualidad que impacta por la seguridad del trazado. En muchos casos, un único trazado dictamina la composición y son pocas las pinceladas que matizan zonas concretas de la imagen.

 

Esta manera de componer el lienzo en blanco elimina la tercera dimensión. Es otro de los rasgos que definen la personalidad de las obras de Puigmartí. Buena parte de la historia de la pintura occidental se ha centrado en la busca de la profundidad, de la visión del espacio real. Éste fue el gran hito desde los últimos tiempos de la pintura gótica hasta las grandes épocas del rococó.

 

Puigmartí se colocó al margen de esta obsesión. Es cierto que en determinadas obras de los años 70 del artista se reflejaba una cierta profundidad en las pinturas, pero nunca desde la perspectiva renacentista o barroca. La profundidad de Puigmartí se crea gracias a una yuxtaposición de planos y de objetos que, con una visualización fugaz, provoca la sensación de una cierta profundidad que no coincide con el sentido canónico del concepto.

 

EL AUTOMATISMO

 

Es otra característica de las pinturas de Josep Puigmartí pero resulta un rasgo que ha ido desarrollando progresivamente a lo largo de su trayectoria profesional. Cuando era pequeño se pasaba horas contemplando cómo las arañas tejían su tela tenue y perfecta. De manera parecida, y durante su etapa inicial, Puigmartí realizaba composiciones apretadas, cuyas líneas se entrelazaban continuamente y conseguían, no obstante, un ritmo y un equilibrio sorprendentes. Más tarde, sin embargo, el artista dio un paso más y se situó en lo más profundo del automatismo, en el dejar hacer. Éste es el punto donde Puigmartí consiguió aquella libertad que deja que el espíritu trabaje solo y que constituye uno de los fundamentos básicos del surrealismo. "Un automatismo puramente dictado por el espíritu, sin ningún tipo de control de la razón y ajeno a valoraciones estéticas y morales," comentaba de Puigmartí el escritor francés André Breton, conocido como el principal impulsor del movimiento surrealista.

 

PREDILECCIÓN POR EL CUERPO DE LA MUJER

 

El protagonismo de la mujer en las composiciones de Puigmartí es uno de los nexos internos de buena parte de su obra. El artista no utiliza la figura de la mujer como un icono sexual, sino como un aglutinamiento de sentimientos cruzados y contradictorios que oscilan desde el afán de conquista del cuerpo femenino hasta la concreción de sueños imposibles. Puigmartí se une a la figura de la mujer y, en su plasmación, lo trocea, lo deforma y lo destruye. También lo une con flores, caracoles y penes, entre otros objetos, en una composición explosiva que escapa a cualquier ortodoxia interpretativa.

 

Aquella vida bohemia que llevó al artista durante los años 60, sobre todo a Suecia, le permitió desarrollar una visión desafiante y un amplio conocimiento del mundo femenino: es el creador del cuerpo antiheroico de la mujer. Josep Puigmartí no tiene una filosofía preconcebida en la elaboración y en la elección de temas, pero sí tiene una larga y profunda vivencia, un largo y profundo historial de conocimiento, especialmente de la mujer, que le permite crear obras de arte de una calidad suprema. Puigmartí no habla de sexo, sino de pasiones, y lo hace con una actitud conocedora de los sentimientos, evitando cualquier invasión en el mundo de la superficialidad.

 

UN POCO DE HISTORIA DEL ARTISTA

 

Josep Puigmartí nació en Monistrol de Calders, un pueblo del Bages. Desde muy joven ya prometía como pintor y con 11 años participó en una exposición colectiva en su pueblo.

 

En los años 50 se instaló en Barcelona, donde descubrió el surrealismo y el abstracto y donde se liberó de las formas clásicas para emprender un recorrido personal tanto desde el punto de vista técnico como temático. Su primera exposición importante tuvo lugar en Barcelona en 1956. En los años 60 se trasladó a Suecia, donde conoció pintores tan importantes como Salvador Dalí o Albert Ràfols Casamada.

 

Josep Puigmartí forma parte del género de pintores que, familiarizados con las técnicas de la pintura, consiguen crear una obra imaginativa usando formas cambiantes e innovadoras que evolucionan al ritmo de la sociedad.

 

Revista PANXING PIRINEUS Fuente: Ayuntamiento de Bourg-Madame Fotos: Extracto de, "L’Histoire des yeux" de Vicenç Llorca y "Puigmartí" 2005-2006

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